Nunca me había planteado dormir en el desierto, pero a veces la vida nos sorprende con oportunidades que no debemos dejar pasar; así sucedió con mi visita a Al Maha Desert Resort & Spa.

 

Tenía planificado un viaje a los Emiratos Árabes, Abu Dhabi y Dubai eran las ciudades a visitar; por tal motivo Alejandro, mi Agente de Viajes, me propuso que pasara un par de noches en el desierto, haciéndolo de una manera diferente… ¡Y así fue!

El Al Maha Desert Resort & Spa está ubicado a 45 minutos de la ciudad de Dubai, en un oasis dentro de la Reserva Conservasionista del Desierto de Dubai. Con sólo 42 suites, logran llevar la experiencia de vivir en el desierto a otro nivel.

 

El Resort envió una camioneta privada con chofer a recogerme en mi hotel en Abu Dhabi; poco a poco fuimos dejando atrás las modernas construcciones de la ciudad y nos adentramos más y más en el desierto; y antes de lo que esperaba ya estábamos a las puertas del Al Maha Desert Resort & Spa.

 

Cuando en un hotel te reciben en la puerta y al bajar del carro te saludan por tu nombre, sabes que has llegado a un lugar especial y fuera de lo común. Y eso fué exactamente lo que sucedió a mi llegada; el señor Mohammad, quien es el Coordinador de Relaciones con los Huéspedes, me recibió con una gran sonrisa y amables palabras de bienvenida; luego me condujo a un salón especial donde me ofrecieron una refrescante bebida y se realizó el check in.

 

El proceso del check in es más como una visita en casa de amigos, una conversación en la cual el Sr. Mohammad me preguntó si había alguna razón especial para mi visita; me explicó como es el día a día en el Resort; cuáles eran las actividades que ofrecían para los huéspedes; así como otros detalles útiles.

 

Luego de esos minutos de agradable conversación el mismo Sr. Mohammad me acompañó a mi alojamiento, una Bedouin Suite; trayecto que hicimos en un pequeño carro eléctrico conducido por personal del resort. Estos carritos son el transporte “oficial” para los huéspedes; están a la disposición las 24 horas del día; sólo hay que llamar al Concierge para que envíen uno, y en un par de minutos estará en la puerta de la suite para llevarte a cualquier punto del resort.

 

Las suites, estilo carpa, son amplias y luminosas; con todas las comodidades que uno pueda imaginarse. Cada suite es totalmente independiente de las demás, rodeadas de vegetación para ofrecer una privacidad total y con unas vistas maravillosas del desierto.

 

Una vez se pasa el pequeño foyer de entrada, donde están ubicados el mini-bar, una máquina de café Nespresso, un decanter con Jeréz de obsequio, y otras amenidades; se entra en la habitación misma. Dos columnas de madera sostienen el impresionante techo de tela, en forma de carpa; bajo él, una cama king, un escritorio de madera con papelería y literatura informativa, teléfono, y un par de binoculares para observar la fauna y la flora local.

 

Frente a la cama hay un pequeño salón con dos chaises longues y una mesa central; en la mesa me esperaban dulces árabes, dátiles y frutos secos, un bowl de frutas varias, y una bella caja de dátiles, obsequio del Gerente General. Hay incluso un caballete con un block de hojas y pasteles de colores para quien desee practicar sus dotes artísticas. El baño es amplio, con bañera, ducha aparte, doble lavamanos y amenidades de primera calidad.

 

Toda la habitación está rodeada de ventanales, que dan acceso a una terraza de madera con sillas, mesa y sun beds; pero lo mejor de todo es la piscina privada con vista al desierto. El lugar ideal para el descanso y la contemplación.

 

Esa tarde de mi llegada al Resort tuve tiempo para anotarme en una de las actividades que ofrecían; un paseo en caravana de camellos para ir a ver la puesta del sol desde las dunas. Así que deshice la maleta, me refresqué un poco y me dirigí al edificio principal, que era el punto de encuentro. Allí esperaban los Guías de Campo (A cada huésped se le asigna al llegar un Guía de Campo) para explicar un poco lo que íbamos a hacer y luego llevarnos al lugar donde se encontraba la caravana. Una vez allí, y luego de las instrucciones precisas de cómo hacer para no caerte del camello cuando se está levantando, cada participante procedió a montar en el suyo.

 

Ya estando todos sobre nuestros camellos los guías dieron la orden de comenzar la cabalgata. Así nos fuimos alejando poco a poco del oasis, hasta que luego de una media hora, más o menos, llegamos al lugar indicado. Allí nos esperaba una Estación de Hidratación con champaña, fresas, frutos secos, refrescos, agua, etc. Bajamos de los camellos; me acerqué a la estación para escoger mi bebida, en este caso no podía ser otra sino una copa de champaña para brindar por tan maravillosa experiencia!

 

Subí al tope de la duna y me senté en la arena a contemplar el espectáculo; a lo lejos se veían el oasis y el Resort, y sobre ellos el sol que descendía lentamente haciendo que el horizonte se pintara de toda la gama de naranjas, rojos y violetas.  Una visión única que no se borrará nunca!

Ya cuando el sol se ocultó era hora de volver, varias camionetas 4×4 nos esperaban para llevarnos de vuelta al Resort.

 

De regreso a mi suite aproveché el tiempo que tenía antes de ir a cenar y disfruté un rato de mi piscina privada a la luz de la luna, con una copita de Jeréz, frutos secos y unos chips de hummus.

 

A la hora de cenar me dirigí al restaurant Al Diwaan para deleitarme con una exquisita cena, comenzando con un Amuse-Bouche cortesía del Chef, plato de entrada, palate cleanser, plato principal y postre. Todo exquisito y complementado con un servicio de primera.

 

Un detalle que no quiero dejar pasar por alto es el siguiente; al final de la cena, al momento del digestivo, se acercó el Maître y me trajo una pequeña torta, con el mensaje de ¡Feliz Cumpleaños! (En la conversación con el Sr. Mohammad a la hora del check in le había comentado que una de las razones del viaje era un “auto regalo” por mi cumpleaños)… Fue una muy grata sorpresa para mí; y un gesto que confirma que detalles como éste son los que distinguen a un gran hotel del resto.

 

De regreso a mi suite era hora de un merecido descanso y mi primera noche en el desierto. A la mañana siguiente, muy temprano, ya estaba listo para otra de las actividades que ofrece el Resort, y esta vez una con mucha adrenalina… ¡Dune Cross! De nuevo el punto de encuentro con el Guía de Campo fue el lobby del hotel; allí abordamos sendas camionetas 4×4 y nos adentramos en el desierto, fuera de los límites del Resort.

 

Rodeados de un océano de arena comenzamos a “surfear”, la pericia del chofer se hizo evidente al subir y bajar las dunas en una especie de danza de velocidad y adrenalina, logrando de manera experta que disfrutáramos al máximo esta emocionante experiencia.

 

Ya de regreso al Resort era hora del desayuno; de nuevo el restaurant Al-Diwaan ofreció una excelente variedad de platillos para satisfacer al más exigente paladar. Después del desayuno me dirigí al área de la piscina del hotel y el Spa. Ubicado en un punto retirado del edificio central y rodeado de la vegetación del oasis, el Timeless Spa ofrece un lugar de tranquilidad y meditación, donde se puede disfrutar de una variedad de tratamientos a manos de expertos terapeutas.

 

La piscina del Resort también es un lugar ideal para el disfrute y el descanso, y para refrescarse de las altas temperaturas del desierto. Rodeada de palmas datileras y vegetación local te sientes realmente en un oasis.

 

Después del almuerzo regresé a mi suite para pasar la tarde en la piscina privada y contemplar el desierto infinito que se abría frente a mí; y como nunca faltan sorpresas, tuve la inesperada “visita” de un par de Oryx, bellos ejemplares de la fauna local, y símbolo del Al Maha Desert Resort & Spa, con una cornamenta intimidante, que se acercaron tranquilamente hasta mi suite.

 

Para la cena había ordenado con anticipación un menú de comida de Sri Lanka; así que a la hora indicada me dirigí de nuevo al restaurant Al Diwaan. Esta vez la cena fue a la luz de la luna, en la terraza del restaurant. El menú constaba de tres diferentes tipos de proteínas, preparadas con especias varias; vegetales, chutneys y arroz Basmati. ¡Una delicia!

 

Finalizada la cena volví a mi suite para prepararme y disfrutar de mi segunda y última noche en el desierto.

Al día siguiente, luego de un buen desayuno a media mañana, me dirigí al edificio principal para hacer el check out. De nuevo, la amabilidad y excelente servicio del personal lograron que en pocos minutos todo estuviese finiquitado. El señor Mohammad vino personalmente a despedirse y desearme un feliz viaje.

Fue sólo una estadía de dos noches, pero llena de nuevas experiencias y de recuerdos inolvidables, en uno de los mejores hoteles del desierto. El Al Maha Desert Resort & Spa es sin duda alguna un lugar especial en todos los sentidos, donde tus deseos son órdenes y te hacen sentir como un Sheik!

 

Notas de Miviajedivino.com:

1.- Bravo Alfonso, otra publicación espectacular!!!

2.- Nuestros beneficios Virtuoso en el Hotel Al Maha:

Virtuoso Amenities

For 2020 & 2021:

  • Upgrade on arrival, subject to availability
  • Daily Full breakfast
  • $100 USD equivalent Resort or Hotel credit to be utilized during stay (not combinable, not valid on room rate, no cash value if not redeemed in full)
  • Early check-in/late check-out, subject to availability
  • Complimentary Wi-Fi
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Valid for Travel 08 Jan 2021 – 23 Dec 2021. Book By 23 Dec 2020

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